Dima Khatib, directiva de Al Jazeera: “Con Gaza caen el derecho internacional y los derechos humanos”
Como compañera y amiga de Shireen Abu Akleh, ¿cómo vivió su asesinato en Cisjordania el pasado año y qué supone su muerte?
Shireen nació el mismo año que yo, vivía en el edificio donde sigue viviendo mi tía en Ramala, comenzó en Al Jazeera el mismo año que yo y trabajamos juntas en varias ocasiones. Era una relación bastante profunda, con varias capas. Como palestina, como mujer, como periodista, como compañera y como amiga de la familia.
Shireen fue ejemplar. A día de hoy las mujeres en el mundo árabe quieren ser una Shireen. Y esto es significativo. Porque en este mundo de Instagram, de influencers, de valores artificiales y vacíos es importante cuando en redes sociales salen mujeres árabes con su cepillo de pelo a modo de micrófono diciendo: “Para Al Jazeera, Shireen Abu Akleh”.
Y sigue presente. Cuando viajo llevo un pañuelo con su rostro y la gente me para, lo reconoce, incluso en sitios como Kenia. Hasta tras su muerte continúa con su misión de hablar de Palestina, de recordar lo que ocurre.
"Hay que preguntarse cómo van a crecer los niños de Gaza que están viendo y sufriendo la masacre"
¿En qué punto está la investigación?
Se ha podido mostrar que fue asesinada por el Ejército israelí y que nada justificaba ese ataque. Sabemos que su muerte fue intencional. Como siempre, al principio Israel trató de ocultar su crimen. Recientemente, justo el día que atacaron a la familia de Wael en Gaza, desde Naciones Unidas se reconoció que “las fuerzas israelíes usaron fuerza letal sin justificación” contra ella. Seguiremos avanzando. Yo seguiré pidiendo, exigiendo y trabajando para que haya justicia.
El caso de Shireen es simbólico porque ayuda a entender que cuando eres palestino, aunque tengas pasaporte estadounidense como ella, no vales.
La periodista palestina de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, asesinada en 2022 por tropas israelíes, una celebridad en el mundo árabe y compañera de Dima Khatib
Si no se puede defender el derecho básico de un pueblo a existir con normalidad, mañana será otro pueblo el que padezca lo mismo. Eso es lo que digo: que no pierdan sus herramientas, que las usen para defender lo que queda de esto que llaman ley internacional, democracia, libertad de expresión y de pensamiento. Y exigir que los medios hagan bien su trabajo, que no difundan propaganda, que no permitan que Biden dude sobre si los palestinos están muertos o no.
Vemos que en muchos lugares los gobiernos están recibiendo respuesta en las calles
Es llamativa la movilización de la sociedad civil no solo en países árabes, también en el mundo occidental. Hay presión en la calle en muchos lugares, en Londres, Washington, Nueva York, París, Alemania. Estados Unidos está matizando algunas declaraciones porque están sintiendo esa presión.
Pero en Gaza siguen muriendo, ante nuestros ojos. Me pregunto cómo vamos a soportar la vida después de esto.
Yo estudié en Europa traducción e interpretación [habla ocho idiomas perfectamente]. Parte de nuestra formación era estudiar la traducción legal del derecho internacional. Hice mi pasantía en Naciones Unidas y estudié además en el Instituto de Derechos Humanos de Estrasburgo, para especializarme más en derechos humanos y ley internacional, porque me parecía importante.
Fui intérprete en la ONU cuando se producía la guerra en Ruanda y eso me llevó a querer ser periodista, porque sentí que siendo traductora el mensaje no llegaba más allá de la sala donde yo traducía. Tomaban café en la sala con el señor que venía de Ruanda que contaba cosas horribles y que después regresaba a Ruanda a las cosas horrorosas que había contado.
Parecía que todo el mundo estaba tomando café en Naciones Unidas. Y por eso quise ser periodista. Para poder contar la historia y traspasar esa sala.
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